Unas palabras sobre pornografía

Por Wislawa Szymborska

No hay peor lujuria que pensar.
Es pura lascivia que se propaga cual hierbajo anemófilo
por los parterres reservados a las margaritas.

Nada hay sagrado para quienes piensan.
Con descaro llaman a las cosas por su nombre,
elaboran análisis disipados y síntesis concupiscentes,
se entregan a la salvaje y libertina persecución de la verdad desnuda,
al toqueteo libidinoso de temas delicados,
al roce de opiniones. Y se quedan tan anchos.

A la luz del día o al abrigo de la noche,
se juntan en parejas , triángulos y círculos.
No importan sexo ni edad de los integrantes.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo pervierte al amigo.
Hijas depravadas corrompen a sus padres.
El hermano celestinea con su hermana menor.

Les apetecen otros frutos,
los del árbol prohibido de la ciencia,
y no las nalgas rosadas de las revistas en color,
ni la pornografía al uso, ingenua en el fondo.
Les divierten los libros sin estampas,
con único interés : ciertas frases
subrayadas a uña o a lápiz rojo.

¡Qué espanto!¡En qué posturas,y con qué escabrosa simplicidad
se deja una mente fecundar por otra!
No constan ni en el mismísimo Kamasutra.

En estas citas sólo el té está caliente.
La gente se sienta, mueve los labios.
Cruza las piernas, pero cada cual las propias.
Así, un pie descansa en el suelo,
y el otro, el libre, se columpia en el aire.
Sólo de vez en cuando alguien se levanta,
se acerca a la ventana
y por una rendija de la persiana
fisga la calle.

De Paisaje con grano de arena


(Cortesía del blog Zoopathttp://patriciadamiano.blogspot.com/)

9 meses

Tu sonrisa, las noches cálidas, tu olor, las tardes de playa, tu ternura, las caminatas, tus caricias, las compras de víveres y abarrotes, tus besos,la elección de cada adornito, la pasión, los sueños compartidos, la limpieza casera, los almuerzos y desayunos, el vino y el queso, la música que llevamos dentro y fuera, las canciones, nuestros disparates, las muecas, los descubrimientos, las conversaciones, el periódico dominical.
Gracias por todo eso, amor.

La chinoise es un tigre de papel

Algunos comentarios entusiastas y un prometedor trailer en youtube, nos animaron de ir a ver una de Jean Luc Godard, "La chinoise". Hecha en 1967, se puede decir que trata irónicamente sobre las contradicciones de un grupo de jóvenes burguesitos maoístas estudiantes de Nanterre que se obsesionan por aprender a pie juntillas las enseñanzas del chairman Mao. Hasta ahí suena bien, incluso entusiasma. Pero luego de unos minutos en la sala, sólo quería huir de una de las películas más pretenciosas y aburridas que la vida me ha propinado.
De acuerdo, sé que debo contextualizar mi reacción y tomar en cuenta las circunstancias en que esta película fue producida y el momento en que la estoy viendo. Después de todo, han pasado 40 años, mucha agua ha corrido y quizá estoy siendo injusto con una obra que fue importante en su momento y que es un referente para el cine francés de esa década. Sin embargo, tendré que responder que el tiempo no justifica, sino que, por el contrario, es un agravante de la estafa cinematográfica sufrida. Podemos enumerar un serie enorme de películas mucho más antiguas que siguen resistiendo el paso de los años, o que los años enriquecen sus posibles lecturas. Basta nombrar el cine de Chaplin, Lang, Einsenstein, etc.
Tampoco se trata de que no entendemos la parafernalia "experimental" de la nueva ola. Buñuel o Fellini son mucho más audaces en la forma, pero mantienen al espectador con la atención sobre la pantalla.
Y es que no basta un tema interesante y unos cuantos trucos en la estructura narrativa. Es imprescindible mantener cierto pathos que se pueda trasmitir al público. Curiosamente las partes más logradas son las menos experimentales (la conversación en el tren, el asesinato del ministro soviético, las escenas finales), que son también las menos directamente irónicas.
En fin, cada cual es libre de verla. Eso sí, recomiendo tomar mucho café previamente.