Vizcatán: la terrible pureza
En la web de El Diario Internacional (de simpatías prosenderistas) se lee la noticia de una ignota Agencia IPJ donde, entre otras cosas, se menciona lo que ha dicho un dirigente senderista de la zona de Vizcatán a propósito de la reciente ofensiva militar:
Dicen que es una campaña genocida de cerco, aniquilamiento y de desintegración en el VRAE y Vizcatán, bases de apoyo de Sendero Luminoso que, en su peculiar análisis, hay que resguardar. ¿Por qué quieren destruir Vizcatán?, se interrogan. “A Vizcatán es razonable cuidarlo y defenderlo”.
Y es que en Vizcatán, según su razonamiento, no existe corrupción, juegos de azar, rateros, abigeos, delincuentes, orates, homosexuales, prostitutas y drogadictos. “En Vizcatán sólo existe comunistas y revolucionarios…, así como masas campesinas y trabajadoras que desenvuelven su actividad en medio de un adecuado y amplio ambiente democrático popular y proletario”, afirman.
Después de muchos años viene a mi mente un significante que sonaba mucho en los ochenta: zona liberada. Pero, ¿liberada de qué?Efectivamente, se trata de una zona exterior, al margen del flujo comercial, del intercambio global, pero también donde se pretende craer una nueva cultura, un hombre nuevo, es decir, "liberada" de los vicios burgueses que rondan el mundo. En realidad, más que liberada, estaríamos ante una "zona purificada".
Obviamente se trata de una mascarada ideológica. Todos sabemos que es una zona plagada de traficantes ilegales de madera y de firmas de narcotraficantes. Pero no se trata de eso. Al menos por ahora.
La "zona liberada" es presentada como un espacio donde se ha puesto en suspenso todo: el tiempo, las contingencias, el poder del Estado, el capitalismo, la cultura. Es de otro planeta.
Laclau, a propósito de Zizek, anota cómo el ultraizquierdismo acude a la "marcianización" de los actores sociales. Los coloca en una posición de total exterioridad respecto del orden social, elevando la exterioridad a valor supremo e invocando a la violencia como único medio de redención: "o conmigo (puro, sin vicios, comunista) o contra mí (impuro, vicioso, burgués)".
(Claro, los liberales piensa con la misma estructura: "o conmigo -burgués, capitalista, puro-, o contra mí -comunista impuro, terrorista-". Pero la cuestión topológica está resuelta desde el principio: siempre estarán dentro.)
En la "zona purificada" se renuncia a dialectizar los deseos de la multitud, a articular intereses, a construir comunidad. En suma, se renuncia a hacer política.
Otro significante me visita de pronto: Canudos. El Conselheiro movilizó a miles de desamparados y establecieron un espacio donde la soberanía estatal no existió mientras duró. Les prometió el cielo y sólo encontraron el infierno que la joven Repúbica de Brasil les supo obsequiar: una brutal represión con el armamento más moderno y donde todos los prisioneros fueron degollados.
Los "puros" de Vizcatán, hasta ahora tienen mejor suerte. La selva y el terreno agreste han sido sus mejores aliados. ¿Por cuánto tiempo más? La pureza nunca es eterna.